20/3/13

COMÚN-UNIÓN

Miedosas se quedaron tras el pensamiento; les ganó el miedo del hablante.
Ya no habló; se calló; se lo guardó.
¿Y a dónde se van las palabras cuando ya no caben en la mente?
Me han contado que se atoran en el corazón como palabras ahogadas, como caducas o coaguladas.
Que crean tumores, rencores, peores y otros `ores´.
Comunicar es hacer conexión de mentes, de mundos, de corazones.
Soltar las palabras a la cara, entre la nariz y la barbilla, para dar justo en la orejilla;
que se escurran y entren hasta el oido.
¿Te lo hablo? ¿Te lo grito? ¿Te lo deletreo? ¿De la sopa te lo leo?
Que te hagan cosquillas en las neuronas y ahora se repita (otra cosa) desde tu boca.
Tócame con los labios el oido.
Sin comunicación no hay comunión. Vibremos juntos.
De pronto ya no hubo palabras, el silencio se las comió; vibramos juntos.

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